Dompfarrei Vaduz
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La Catedral de San Florín en Vaduz
Historia de la Catedral
Desde la Edad Media, en Vaduz había una capilla dedicada a San Florián, que era atendida por un sacerdote de la vecina parroquia de Schaan aproximadamente a partir del año 1250. Cuando dicha capilla, que hoy ya no existe, era demasiado pequeña y destartalada, en 1873, bajo el Príncipe Juan II “el Bueno” de Liechtenstein se construyó la iglesia parroquial de San Florián de Vaduz; así, Vaduz se convirtió en una parroquia independiente. En el año 1997, la iglesia fue elevada a Catedral de la recién constituida Archidiócesis de Vaduz bajo el Arzobispo Wolfgang Haas. El edificio neogótico, financiado por el Príncipe de Liechtenstein y el municipio de Vaduz, se basa en planes del arquitecto vienés Friedrich von Schmidt, nacido en Alemania, bajo la dirección de obra del arquitecto vienés Ignaz Bankó. El estado actual corresponde a la renovación exhaustiva del interior efectuada en los años 1965 a 1968 bajo el párroco Ludwig Schnüriger.
Liturgias de la Catedral
Domingos y festivos: 8.00 Misa solemne
9.30 Oficio solemne
17.00 Oración vespertina
Lunes: 18.30 Ocasión para confesarse y Rosario
19.00 Misa solemne
Miércoles: 18.30 Ocasión para confesarse
19.00 Misa solemne
Jueves: 18.30 Rosario
Viernes: 18.00 Adoración eucarística
19.00 Misa solemne
Sábado: 8.00 Misa solemne
17.00 Ocasión para confesarse
18.00 Misa vespertina
Abierta todos los días de 7.30 a 20.00 horas
La capilla mayor
Según la tradición católica, la Catedral de Vaduz está orientada hacia el Este u Oriente. Por ello, el sol que se sale en la ventana central por la mañana del domingo es símbolo de la resurrección de Jesucristo. Como en cualquier iglesia católica, el centro de la Catedral es el tabernáculo colocado en el altar mayor, donde Jesucristo está presente en la eucaristía.
Las ventanas de la capilla mayor, creadas según diseños de Martin Häusle, son más oscuras que las de la nave a propósito y representan escenas bíblicas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Bajo la ventana central está el altar mayor en el que están representados los cuatro evangelistas y sus respectivos símbolos, así como los Santos Juan (Bautista) y Florencio en los laterales. En la pared de al lado hay estatuas barrocas de los Príncipes de los Apóstoles, los Santos Pedro y Pablo. Desde el año 1965 más adelante también hay un altar aislado.
En el lado meridional de la capilla mayor está el Palco del Príncipe, un pequeño oratorio lateral donde la familia del Príncipe asiste a misa.
En el ladro septentrional, en 2010 se construyó la cátedra, la sede del obispo que le da el nombre a la Catedral.
Al lado de las escaleras que llevan hacia la capilla mayor están el ambo para la anunciación de la palabra del Señor (lado meridional) y el púlpito para el sermón (lado septentrional).
La nave
Al sur de la capilla mayor, al lado de la pequeña puerta lateral, está el altar de Santa María. Debajo de la estatua de la Virgen del siglo XV/XVI hay algunas reliquias de la Catedral expuestas en un relicario.
Al norte de la capilla mayor está la pila bautismal, sobre la que hay imágenes de Dios Padre (aproximadamente de 1650) y del Espíritu Santo. En la nave hay algunas imágenes de santos: Santa Ana como patrona de la cofradía de Vaduz dedicada a ella y en frente San Cristóbal; la Coronación de María, así como los Santos Antonio y Judas Tadeo; y finalmente el Calvario creado en 1966/67.
En las claves de bóveda hay varios símbolos de Cristo y su sacrificio de salvación. Comenzando en la entrada (por encima del órgano) son:
- un unicornio como símbolo de la virginidad de María, Madre del Señor;
- un ave Fénix resucitando del fuego;
- un león que le inspiraba la vida a su cachorro nacido muerto según las ideas de la Antigüedad;
- un pelícano que, también según las ideas de la Antigüedad, alimentaba a sus hijos con su propia sangre;
- el cordero de Dios con el pendón de Cristo;
- y finalmente (en la capilla mayor) Jesucristo como Pantocrátor, todopoderoso.
El órgano de la Catedral fue construido de 1872 a 1874 bajo la dirección del compositor de Vaduz Josef Gabriel Rheinberger, por lo que lleva su nombre: órgano de Rheinberger.
En ocasión de la inauguración de la Catedral, el Príncipe le donó cuatro campanas dedicadas a distintos santos (Juan, la Virgen, Lucio y Florián) que llaman a los feligreses a la oración y la devoción. En el año 1965 se añadieron dos campanas más: una campana del Ángel Guardián más pequeña y la campana más pesada con más de 6 toneladas en honor de la Santísima Trinidad.
Nuestro patrón: San Florín
En la entrada de la Catedral, bajo el coro alto con el órgano, en el lado septentrional hay un nicho con un relicario en forma de busto de San Florín. El patrón de la Catedral vivió en el siglo VII, se crio en Mazia en Val Venosta (Tirol del Sur, actual Italia) y era párroco de Ramosch. Cuenta la leyenda que durante su aprendizaje tenía el encargo de llevar una jarra de vino del castillo al párroco, cuando encontró a una pobre mujer que pedía ayuda para su marido enfermo. Movido por la compasión, le dejó el vino y llenó su jarra de agua confiando en Dios. Cuando quería servirla, se había convertido en vino por la gracia de Dios.
El emblema de la parroquia de Vaduz diseñado por el párroco Ludwig Schnüriger también conmemora la leyenda de San Florín: un cáliz en el que los colores de Vaduz, rojo y blanco, están invertidos.
En el nicho con el relicario del santo podrá encender una vela y pedir su intercesión.
¡San Florín, ora por nosotros!
El entorno de la Catedral
Una escalera exterior de dos brazos lleva al portal de la Catedral; bajo ella, desde el año 1961 hay esculturas de bronce obra de Hans von Matt que representan a la Virgen María con el recién nacido y el difunto Jesucristo.
En la plaza cubierta de gravilla al lado de la Catedral está la Cripta de los Príncipes, construida de 1958 a 1960 como sepulcro de la familia del Príncipe. Detrás de un portal de bronce con un relieve de la resurrección de San Lázaro está la entrada de la cripta. Está abierta al público cada año en la fiesta de Todos los Santos (1° de noviembre) para conmemorar a los difuntos.
